sábado, 1 de mayo de 2010

La promoción de los negocios online salta fuera de la Red

¡Ya estamos en Internet! Es el mensaje que las empresas con actividad online quieren lanzar a todos sus potenciales clientes. Sin embargo, en este proceso muchas olvidan que gran parte de su público no se encuentra, todavía, en la Red. ¿Cómo conseguir, entonces, que conozcan su página web? Muy sencillo, basta con incluir la URL en todas las comunicaciones offline.

Cuando una empresa limita la promoción de su web al entorno digital se expone a perder a parte de su público objetivo, todo un riesgo en un mercado tan competitivo como el actual. Y es que, aunque bajo los influjos de las nuevas tecnologías no lo parezca, muchos de los potenciales compradores no están habituados a navegar por Internet y los que lo hacen no siempre recalan allí donde a la compañía le interesa. Por eso, conviene publicitarse también el "mundo real" a través de los soportes offline tradicionales.

En opinión de los expertos, toda firma interesada en dar a conocer a su homóloga virtual tiene que hacer de las www un componente más de su imagen corporativa. Para empezar, la dirección ha de figurar en todos los elementos de papelería: sobres, papel, folios, tarjetas de visita... Los carteles del comercio también deben reservarla un hueco, al igual que los trípticos y hasta los vehículos.

Tampoco hay que olvidar los regalos de empresa. Qué mejor para hacer funcionar el boca a oreja que imprimir una URL en mecheros, bolígrafos, camisetas, paraguas o alfombrillas para el ratón del ordenador. A buen seguro que la difusión del mensaje no se frena en la persona que recibió el obsequio.

Otra opción, aunque bastante más cara, es la de comprar espacios publicitarios en los medios de comunicación masiva, esto es, en prensa, radio y televisión. Su impacto en el aumento de visitas a la web es incuestionable y, si se sabe buscar y negociar, es posible pactar un precio que convenga a las dos partes.

Evidentemente, no todas las entidades estarán en disposición de adoptar las mismas estrategias; ni por su coste, ni por sus objetivos concretos. Cada una debe sopesar cuál resulta más idónea para dar respuesta a sus necesidades de promoción sin descuadrar la cuenta de resultados. Para las más modestas, un consejo: con creatividad e imaginación, ningún presupuesto es pequeño.

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