sábado, 1 de mayo de 2010

El correo electrónico, al servicio del marketing

Internet ha revolucionado la manera tradicional de entender el marketing. Las campañas ya no tienen por qué resultar caras, ni sus resultados difíciles de medir, ni su audiencia un todo unificado. Las promociones a través del correo electrónico se han encargado de desmontar todo tipo de mitos.

Los expertos en marketing han hecho del e-mail la herramienta promocional del presente. Sus múltiples beneficios dan buena cuenta del por qué de esta elección. Es rápida, económica y, sobre todo, directa y personal. No se lanzan mensajes al azar, sino que se envían a personas concretas que han dado su consentimiento para recibir esa información. No se trata de una acción invasiva como el spam; los individuos desean convertirse en receptores, con lo que aumenta su grado de interés por aquello que la compañía les quiere transmitir.

Pero para que el plan resulte exitoso no basta con conseguir el beneplácito del público para enviarle correos, hay que mantener una comunicación permanente y fluida con sus integrantes. Es importante conocer sus opiniones y reacciones ante la oferta presentada, así como responder a sus peticiones y reclamaciones. Mejor en un plazo no superior a las 24 horas, a fin de que se sientan atendidos.

Cuando una empresa se embarca en una campaña promocional, desconoce si sus acciones tendrán los efectos deseados, una información que no todas las herramientas permiten obtener. No es el caso del e-mail marketing, gracias al que sí es posible realizar un cálculo exacto de los resultados y un seguimiento personalizado del comportamiento de los usuarios a tiempo real.

El número de envíos, las entregas, los mensajes recibidos y leídos, los rebotes, las aperturas, los clics en los enlaces, los reenvíos, las solicitudes de inscripción y anulación... Casi cualquier concepto es susceptible de medición, sólo es necesario disponer de los instrumentos adecuados; ventajas de las nuevas tecnologías.

Este exhaustivo control concede a las compañías capacidad para reaccionar cuando sus planes sobre la respuesta de los consumidores no siguen el curso previsto. Es otro de los puntos fuertes de este instrumento, la ocasión de detectar si las estrategias empleadas son o no efectivas y, según el caso, tomar las decisiones oportunas, ya sean de continuidad o de cambio.


La promoción de los negocios online salta fuera de la Red

¡Ya estamos en Internet! Es el mensaje que las empresas con actividad online quieren lanzar a todos sus potenciales clientes. Sin embargo, en este proceso muchas olvidan que gran parte de su público no se encuentra, todavía, en la Red. ¿Cómo conseguir, entonces, que conozcan su página web? Muy sencillo, basta con incluir la URL en todas las comunicaciones offline.

Cuando una empresa limita la promoción de su web al entorno digital se expone a perder a parte de su público objetivo, todo un riesgo en un mercado tan competitivo como el actual. Y es que, aunque bajo los influjos de las nuevas tecnologías no lo parezca, muchos de los potenciales compradores no están habituados a navegar por Internet y los que lo hacen no siempre recalan allí donde a la compañía le interesa. Por eso, conviene publicitarse también el "mundo real" a través de los soportes offline tradicionales.

En opinión de los expertos, toda firma interesada en dar a conocer a su homóloga virtual tiene que hacer de las www un componente más de su imagen corporativa. Para empezar, la dirección ha de figurar en todos los elementos de papelería: sobres, papel, folios, tarjetas de visita... Los carteles del comercio también deben reservarla un hueco, al igual que los trípticos y hasta los vehículos.

Tampoco hay que olvidar los regalos de empresa. Qué mejor para hacer funcionar el boca a oreja que imprimir una URL en mecheros, bolígrafos, camisetas, paraguas o alfombrillas para el ratón del ordenador. A buen seguro que la difusión del mensaje no se frena en la persona que recibió el obsequio.

Otra opción, aunque bastante más cara, es la de comprar espacios publicitarios en los medios de comunicación masiva, esto es, en prensa, radio y televisión. Su impacto en el aumento de visitas a la web es incuestionable y, si se sabe buscar y negociar, es posible pactar un precio que convenga a las dos partes.

Evidentemente, no todas las entidades estarán en disposición de adoptar las mismas estrategias; ni por su coste, ni por sus objetivos concretos. Cada una debe sopesar cuál resulta más idónea para dar respuesta a sus necesidades de promoción sin descuadrar la cuenta de resultados. Para las más modestas, un consejo: con creatividad e imaginación, ningún presupuesto es pequeño.

Las soluciones de videoconferencia llaman a la puerta de las pymes

El contacto cara a cara pierde puestos en las relaciones de negocio. Su lugar ha sido ocupado por la videoconferencia, un sistema de comunicación visual a distancia que ha demostrado ser capaz de proporcionar notables ahorros en materia de tiempo y dinero. Las pymes no han permanecido ajenas a esta tendencia y cada vez son más las que apuestan por incorporar herramientas de telepresencia a su actividad diaria.

Ahorro + ahorro + ahorro = máxima productividad. La ecuación perfecta que todas las empresas desearían incorporar a sus cuentas de resultados es una aspiración más cierta que nunca gracias al inestimable apoyo de las nuevas tecnologías. Los adelantos técnicos han revolucionado la manera de entender el trabajo diario pero, sobre todo, han permitido equilibrar los presupuestos al derivar en más beneficios que gastos.

Uno de los principales exponentes de esta realidad son las videoconferencias. Un ordenador conectado a Internet, una webcam y un micrófono son suficientes para poner en contacto a interlocutores que no comparten espacio físico ni huso horario; la solución ideal para sortear los obstáculos espaciales y temporales que paralizan el avance de las firmas.

El recurso a estos métodos de comunicación visual a distancia resulta de especial utilidad como sustitutos de los viajes de negocio, unas reuniones inevitables pero que aparejan facturas de elevada cuantía (desplazamientos, dietas...) e importantes pérdidas de tiempo. Su manejo está, asimismo, indicado para la puesta en marcha de acciones formativas, ya que los receptores (empleados, clientes...) tienen la posibilidad de mejorar su conocimientos sin tener que desplazarse a un aula externa.

Por sus mayores recursos, las grandes corporaciones fueron pioneras en la implantación de este tipo de sistemas y, en consecuencia, a día de hoy lideran su uso. Sin embargo, ya no se encuentran solas en la revolución tecnológica. Las pymes han descubierto un aliado de excepción en las videoconferencias y pocas son las que están dispuestas a dejar pasar los privilegios que reportan.

El elevado coste que tenían los equipos en sus inicios se configuraba como el principal freno a su expansión, pero la moderación de precios que han experimentado en los últimos tiempos ha dado lugar a un cambio de tendencia. No tener capacidad para realizar la inversión precisa ya no es una excusa válida para no incorporarlos. De hecho, los expertos señalan que, de media, el desembolso se amortiza en apenas un año.

viernes, 30 de abril de 2010

Newsletters con look profesional para conquistar a los suscriptores

«Manténgase al día sobre todas nuestras ofertas (...) Reciba información de máximo interés en su correo electrónico (...) No dude en suscribirse». Mensajes de este tipo, que invitan a los navegantes a recibir en su correo electrónico boletines informativos, son cada vez más habituales en las páginas web. No es una estrategia exclusiva de grandes empresas, pymes y autónomos también han descubierto sus secretos.

Una de las herramientas de marketing que ha demostrado mayor efectividad en los entornos online son los boletines informativos electrónicos, más conocidos por la versión inglesa de su nombre, newsletters. A través de estas comunicaciones, las compañías tienen la oportunidad de remitir información de interés sobre su oferta, actuaciones o novedades a grupos de personas que así lo han solicitado.

Este punto es muy importante, ya que previamente los receptores tienen que haber manifestado su consentimiento para ser considerados como tales. Es la manera más fácil de garantizar que la estrategia de promoción resultará efectiva, puesto que no es frecuente que alguien que no ha pedido ingresar en una lista de distribución muestre interés por la información que se le remite. Lo más habitual será que identifique este correo con spam y rehúse siquiera leerlo.

Siempre debe enviarse material personalizado y que resulte de valor, interesante, atractivo para quien lo lee: noticias, artículos, monográficos, promociones, cursos, consejos... No se trata de rellenar espacios en blanco para cumplir con los plazos previstos; es preferible no mandar nada a defraudar. Tanto mejor si los textos son propios, dado que en ellos es donde se marca la impronta del negocio.

Especial atención merece, asimismo, el diseño. A fin de cuentas constituye el envoltorio del mensaje, la carta de presentación de las empresas ante los usuarios. Es aconsejable que vaya en consonancia con la imagen corporativa, que puede reflejarse en los colores, el logotipo o el tipo de letra. Tiene que ser muy visual y servirse de toda clase de soportes multimedia (imágenes, vídeos, audios...), aunque no por ello ha de saturar. Los links a portales externos son de gran utilidad en estos casos.

El secreto para crear un boletín de éxito reside, por tanto, en cuidar al máximo cada detalle. El azar no tiene cabida cuando lo que entra en juego son la rentabilidad y los beneficios. Quizás estos no se produzcan a corto plazo, ya que las suscripciones suelen ser gratuitas, pero en un tiempo prudencial lo que hoy son simples lectores pueden convertirse en consumidores.

lunes, 26 de abril de 2010

El spam, un huésped incómodo

El impulso de la sociedad de la información acarrea la aparición de importantes avances tecnológicos, pero también de nuevas lacras. En esta coyuntura se encuentra el spam o correo electrónico no deseado, que se ha ganado, por méritos propios, el calificativo de "non grato" para las empresas. No sólo por las incuestionables molestias que causa a los usuarios, sino por el derroche de tiempo y dinero que supone hacerlo frente.

Al abrir la bandeja de entrada para consultar el e-mail es frecuente encontrar mensajes de remitentes desconocidos y de contenido, cuando menos, extraño. Que levante la mano el que no haya recibido insistentes ofertas para comprar medicamentos, artículos de lujo, ganar dinero sin moverse de casa, abrir una cuenta corriente, contratar una hipoteca o iniciar una relación amorosa con una persona de otro país.

Las cifras no engañan. Más del 84 por ciento de los correos que circulan por los ordenadores son spam y los niveles de emisión van en aumento. El conocido como correo basura, más allá de las molestias que ocasiona al usuario puede convertirse en un auténtico delito. Detrás del 90 por ciento de esta fastidiosa propaganda suelen esconderse diferentes tipos de fraudes y estafas, lo que ha venido a llamarse "cibercrimen".

Pero su influencia perniciosa va más allá. Es especialmente negativa para las
cuentas corrientes de las empresas, blanco perfecto donde atacar sin mucha dificultad. La ecuación es sencilla: despilfarro de tiempo + gastos de prevención y desinfección + extravío de información importante = menos dinero en el bolsillo.

O, lo que es lo mismo, los trabajadores dedican parte de su jornada laboral a descargar, filtrar y separar el spam (según algunos informes, unas 90 horas al año), un proceso en el pueden borrarse, por descuido o desconocimiento, mensajes valiosos. Se pierde productividad y, por lo tanto, efectivo.

Por otro lado, estos e-mail consumen, innecesariamente, bando de ancha de la conexión a Internet y ocupan espacio en el disco de los servidores. Para hacerlos frente, la empresa se ve obligada a destinar recursos (humanos, técnicos y económicos), con el consecuente perjuicio para el flujo monetario.

jueves, 22 de abril de 2010

Las nuevas tecnologías revolucionan el lenguaje empresarial

Los cambios asociados a la creciente extensión de la sociedad de la información también se han hecho notar en el lenguaje. Por influencia de los teléfonos móviles, de los chat o de los e-mail, cada vez más personas sintetizan sus mensajes en unas pocas letras, para muchos sin sentido. En el mundo de los negocios también es frecuente a la hora de relacionarse con el entorno más próximo.

«Ns rnms dps d kmr». A través de este comunicado, ficticio e ininteligible, la dirección de una empresa avisa por e-mail a sus empleados de que tras la comida van a tener una reunión. El teclado no se ha estropeado, no hay un virus en el sistema y el jefe no habla en un idioma desconocido para el resto. ¿Cómo es posible entonces que alguien escriba algo así? La solución, en las TIC. Es la forma de comunicación que se ha desarrollado al amparo de las tecnologías, en especial de los teléfonos móviles y de Internet.

Se trata de un lenguaje sintético, plagado de acrónimos, traslaciones fonéticas de letras y, cómo no, de errores ortográficos. En él, los signos de puntuación brillan por su ausencia, las vocales desaparecen y las tildes y las normas estilísticas son condenadas al olvido. Una jerga que ya no es sólo cosa de adolescentes; hasta los ejecutivos más respetables se han dejado contagiar.

Los documentos oficiales, los informes de ventas, los presupuestos, las notificaciones a los clientes, la página web corporativa o la publicidad, es decir, los asuntos más serios e importantes, no se han visto afectados por la moda de las abreviaturas. En caso contrario la credibilidad de las firmas quedaría en entredicho... ¿o no? Existen casos en los que, de manera intencionada, estos textos se asemejan a los SMS para aportar frescura o conectar mejor con lo que se lleva.

No obstante, es en las comunicaciones más informales donde este lenguaje se explaya a sus anchas. Los e-mail internos, la mensajería instantánea, los blogs no institucionales o los foros de empresa son caldo de cultivo para que las "k" canibalicen a las "c", para que las mayúsculas se jubilen, para que las palabras sean sustituidas por emoticonos.

La nueva tendencia disortográfica puede resultar
peligrosa si no se sabe controlar a tiempo. No puede convertirse en la tónica dominante de los escritos de negocios, salvo excepciones de tipo estratégico. Es fundamental no perder de vista que la expresión también influye en la excelencia.

miércoles, 21 de abril de 2010

Canales RSS, vitales para generar tráfico web

Sindicación realmente simple. Ésa es la traducción que se ha hecho de las siglas RSS, una herramienta online que permite a los internautas suscribirse a los contenidos que les interesen de una determinada web y recibir en su ordenador información permanente actualizada sobre los mismos. De este modo la empresa, además de ganarse la confianza de los usuarios de la Red, tiene la oportunidad de transformarles en clientes y de incrementar el número de visitas a su página.


Los canales RSS han revolucionado los negocios online. Previa suscripción, permiten suministrar contenidos siempre que un espacio de Internet se pone al día. Ofertas, productos insólitos, concursos, artículos de opinión... Todo lo que se suba a las www y que resulte de interés para el receptor llega a su e-mail o software específico de lectura en forma de titular+resumen+link. El objetivo es despertar su curiosidad para que dé un nuevo paseo por la página de la empresa.

Disponer de un sistema RSS no es la panacea para incrementar el
tráfico de visitas a un portal virtual y, por ende, la lista de potenciales clientes. De poco sirve estar capacitado para distribuir contenidos por esta vía si los usuarios no están informados al respecto. Como en todas las estrategias de empresa, será necesario echar mano de las técnicas de promoción que brinda el marketing; en este caso interesan las de la vertiente online.

Además de en la propia página, conviene dar cuenta de la existencia de la herramienta de sindicación en todas las comunicaciones que lleve a cabo la compañía. Los correos electrónicos, los boletines de noticias o los mensajes en las redes sociales deben contener iconos y enlaces a los canales de suscripción. Los expertos recomiendan, asimismo, darse de alta en directorios especializados en este tipo de canales. Cuanta más gente sepa de su existencia, más fácil será aumentar la cifra de abonados.

Aunque el uso de estas herramientas está cada vez más extendido y la mayoría de la gente conoce su funcionamiento, el empresario no puede dar esta realidad por sentado. Por eso conviene dedicar un apartado específico en la web a explicar, brevemente, su modo de operar, así como las ventajas que se derivan de su uso.

Para quienes ya estén enterados no será ningún descubrimiento, pero para los que se acercan por primera vez resultará esencial. Sentirse atendido y comprendido desde el primer momento es una de las claves de todo negocio que tampoco puede obviarse cuando se opera en el entorno online.

martes, 13 de abril de 2010

Claves para bautizar una página web

Zapatería Pepe, un negocio consolidado en una ciudad de tamaño medio, ha decido extender su área de actuación al entorno virtual. Ha confiado en una empresa profesional para el diseño de su página web, pero tiene en sus manos otra decisión de vital importancia: la elección del nombre del portal. No es lo mismo www.zapateria-pepe.com que www.zapateriademodapepevelazquez.com que www.zmpv.com. ¿Qué factores hay que tener en cuenta para dar con la alternativa más válida?

La elección del nombre de una página web no es una decisión que deba tomarse a la ligera, puesto que de ella va a depender, en buena medida, el éxito de la versión online de un negocio. No existen fórmulas magistrales, pero sí ciertas pautas para apuntar en la dirección correcta. De acuerdo a las mismas, el dominio de un portal debe ser:

- Corto. Así será más fácil de recordar y se evitarán fallos a la hora de dictarlo o escribirlo. Aunque algunas extensiones permitan incluir hasta 63 caracteres, es aconsejable no sobrepasar los 15. Lo ideal es utilizar sólo una palabra, tres como máximo; de ahí para arriba pierde valor.

- Sencillo. Que se entienda a la primera, sin necesidad de explicarlo o deletrearlo. Las confusiones en su escritura sólo tienen beneficios para los rivales, que se aprovechan del tráfico que llega a sus portales por error. En este sentido hay que tener cuidado con los términos poco conocidos, en idiomas extranjeros o de ortografía dudosa (h, b, v, j, g...). Conviene, igualmente, evitar el uso de números, guiones y abreviaturas, ya que sólo contribuyen a dificultar la comprensión y el recuerdo.

- Identificativo. Es decir, que esté ligado al servicio que ofrece la compañía, que cuando la gente lo lea sepa de manera inmediata qué se va a encontrar al hacer clic en el navegador. El recurso a nombres genéricos (zapatería, relojería, fontanería, albañilería...) ayuda a conseguir esa asociación de ideas.

- Único. Por el funcionamiento de los registros no es posible inscribir dos direcciones exactamente iguales, pero hay que prestar atención a las que pueden ser muy parecidas o son susceptibles de aparecer por equivocaciones. En este caso, los expertos recomiendan hacerse con diferentes extensiones (.com, .es, .eu, .net...) y con los portales de denominación similar para proteger la marca.

lunes, 12 de abril de 2010

Decálogo para evitar errores en las páginas web

La clave para que la página web de una empresa funcione reside en aprender a combinar diseño y funcionalidad. Es vital conseguir atraer a los usuarios hacia el portal, pero también que se encuentren cómodos al navegar por él. De no actuar así, lo frecuente es que el internauta, potencial cliente, no vuelva a hacer clic en ese enlace.

Una página web es como una planta, necesita atención constante para mantenerse con vida; de otra forma, se marchita y pierde atractivo. Muchos portales crecen como la mala hierba, sin capacidad de atracción o plagados de "espinas" que convierten las visitas en una experiencia única y no precisamente por extraordinaria, sino por falta de ganas de repetir. Conocer los errores que disuaden a los usuarios de volver a acceder es básico para no perder competitividad.

El diseño se erige en componente fundamental del sitio, pero las formas no deben primar sobre el fondo. Ni los colores más atractivos, ni la excelente disposición de los elementos, ni la más cuidada presentación sirven de nada si no se acompañan de unas características básicas de usabilidad
y navegabilidad. Hay que procurar un adecuado equilibrio entre aspectos estéticos y funcionales, ya que lo que de verdad importa es que los alter ego de las firmas en la Red sean útiles.

El minimalismo y la renovación permanente deben guiar el contenido. Sobrecargar el espacio con información innecesaria para el usuario es abrir una puerta al abandono de la lectura, aunque tampoco hay que cometer el error contrario y apenas rellenar un par de líneas. En cualquier caso los datos no deben estar desfasados ni pueden permitirse fallos ortográficos. Para quien los lee pueden ser sinónimo de falta de profesionalidad. La revisión de todo lo que se sube ha de ser una constante en las rutinas de trabajo.

Los mensajes que avisan de que el sitio está en construcción son otro de los elementos que contribuyen a crear una imagen negativa de la empresa y que es necesario desterrar. Si la web no se encuentra preparada para su visualización es preferible no colgarla a que el navegante se encuentre con uno de esos avisos y más cuando la situación va a ser duradera.
Especial cuidado hay que mantener, asimismo, con los enlaces, tan característicos de la estructura de la Red. Si se abusa de ellos es posible que el internauta termine por perderse en la maraña de referencias a las que le reenvían y que no vuelva al origen o no preste la suficiente atención a todo el contenido. A la hora de incluir "links" tampoco hay que desatender su actualización ya que es probable que, con el tiempo, muchos de esos vínculos dejen de funcionar.

viernes, 9 de abril de 2010

El "sí, quiero", cada vez más tecnológico

¿Me caso o no me caso? Si tras deshojar la margarita la respuesta es afirmativa, las nuevas tecnologías se pueden convertir en un aliado imprescindible. Elegir la iglesia, alquilar el coche nupcial, contratar el viaje de novios y hasta mandar las invitaciones, todo es posible en los mundos virtuales.

Blanca, radiante y... digital. Así es la novia del siglo XXI. El huracán revolucionario de la sociedad de la información no ha pasado desapercibido para un acontecimiento tan tradicional como las bodas, así como tampoco para el suculento negocio que generan a su alrededor. Gracias a las nuevas tecnologías, ya es posible consultar y gestionar cualquier preparativo de forma ágil y sencilla. Lo único que de momento no pueden hacer es calmar los nervios del gran día.

Por lo demás, sirven para todo, incluso para encontrar la pieza más importante de un casamiento, ¡la pareja! Aunque pueda parecer un método poco ortodoxo para descubrir a la media naranja, lo cierto es que cada vez son más las personas que apuestan por él. No en vano, el 43 por ciento de los internautas españoles considera Internet como el medio más rápido y eficaz para
encontrar a su otra mitad.

Aunque las mentiras de los perfiles que los Romeos y Julietas cuelgan en la Red son causa de más de un desengaño, para los que han sido atravesados por las flechas de Cupido y tienen planes matrimoniales la Web se convierte en una madrina de excelencia. Ningún detalle escapa de su dominio. Organizar la
despedida de soltero, elegir el vestido y hasta probárselo virtualmente, decidir sobre el peinado y el maquillaje, contratar el reportaje fotográfico o los arreglos florales; unos pocos clics bastan para atajar todos estos pormenores.

Ni las diligencias más serias se libran del influjo tecnológico. Algunos ayuntamientos de España ofrecen la posibilidad de realizar todos los trámites necesarios para reservar la fecha de la boda a través de sus portales web y en ciertos lugares del planeta ya se han celebrado
esponsales por videoconferencia, con procuradores que firman con el permiso de los contrayentes para que todo sea legal.

Y, como no siempre es posible vivir felices y comer perdices, hay territorios en los que, aunque sin regulación, se permite el
divorcio por teléfono móvil. Un simple mensaje de texto y a emprender el vuelo en solitario.