sábado, 1 de mayo de 2010

Las soluciones de videoconferencia llaman a la puerta de las pymes

El contacto cara a cara pierde puestos en las relaciones de negocio. Su lugar ha sido ocupado por la videoconferencia, un sistema de comunicación visual a distancia que ha demostrado ser capaz de proporcionar notables ahorros en materia de tiempo y dinero. Las pymes no han permanecido ajenas a esta tendencia y cada vez son más las que apuestan por incorporar herramientas de telepresencia a su actividad diaria.

Ahorro + ahorro + ahorro = máxima productividad. La ecuación perfecta que todas las empresas desearían incorporar a sus cuentas de resultados es una aspiración más cierta que nunca gracias al inestimable apoyo de las nuevas tecnologías. Los adelantos técnicos han revolucionado la manera de entender el trabajo diario pero, sobre todo, han permitido equilibrar los presupuestos al derivar en más beneficios que gastos.

Uno de los principales exponentes de esta realidad son las videoconferencias. Un ordenador conectado a Internet, una webcam y un micrófono son suficientes para poner en contacto a interlocutores que no comparten espacio físico ni huso horario; la solución ideal para sortear los obstáculos espaciales y temporales que paralizan el avance de las firmas.

El recurso a estos métodos de comunicación visual a distancia resulta de especial utilidad como sustitutos de los viajes de negocio, unas reuniones inevitables pero que aparejan facturas de elevada cuantía (desplazamientos, dietas...) e importantes pérdidas de tiempo. Su manejo está, asimismo, indicado para la puesta en marcha de acciones formativas, ya que los receptores (empleados, clientes...) tienen la posibilidad de mejorar su conocimientos sin tener que desplazarse a un aula externa.

Por sus mayores recursos, las grandes corporaciones fueron pioneras en la implantación de este tipo de sistemas y, en consecuencia, a día de hoy lideran su uso. Sin embargo, ya no se encuentran solas en la revolución tecnológica. Las pymes han descubierto un aliado de excepción en las videoconferencias y pocas son las que están dispuestas a dejar pasar los privilegios que reportan.

El elevado coste que tenían los equipos en sus inicios se configuraba como el principal freno a su expansión, pero la moderación de precios que han experimentado en los últimos tiempos ha dado lugar a un cambio de tendencia. No tener capacidad para realizar la inversión precisa ya no es una excusa válida para no incorporarlos. De hecho, los expertos señalan que, de media, el desembolso se amortiza en apenas un año.

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